Claudio's Café #1

El tron se enciende y suena una curiosa musiquita de salón. Un letrero grande aparece, junto a una foto de Claudio Castagnoli , en el que reza la inscripción "CLAUDIO'S CAFÉ"



Vaya, es Claudio Castagnoli, el hombre que más se ama a sí mismo... esto es algo inesperado, pero sin lugar a dudas puede ser hasta interesante lo que el recién llegado pueda decirnos tras su victoria en su debut...


Castagnoli: ¡Muy buenas noches, público americano! Soy yo, vuestro héroe europeo Claudio Castagnoli, ¿qué tal? [La gente aplaude la aparición del suizo, bastante querido] Bueno, como podéis ver estoy en un sitio algo diferente de lo habitual, ya que no estoy en el ring. Estoy en un lugar cercano, un lugar desde donde a partir de hoy se emitirá mi nuevo espacio, ¡Claudio's Café! [Castagnoli dice esto mientras mantiene en su mano un vaso de café] Pero no esperéis que en este mi espacio haya entrevistas a más gente ni nada de eso, porque como está bastante claro y confirmé la semana pasada, YO soy el mejor y no necesito entrevistar a nadie inferior, ¿para qué? ¿Para que nos aburra a todos con sus complejos de inferioridad? ¿Para que manche la pantalla con su segura ausencia de clase? No, claro que no... vosotros, querido público, no merecéis eso. Vosotros merecéis algo más digno, un espacio donde un auténtico showman, un hombre con recursos, técnica y elegancia como yo os comente lo que fue, lo que es y lo que será. ¿Que por qué digo todo eso? Es simple: para lo bueno y para lo malo, mi trabajo es para TODOS VOSOTROS, y estoy dispuesto a darlo todo para ofreceros solo lo mejor...

Una cálida ovación envuelve el estadio. Claudio sonríe mientras da un pequeño trago a su café y espera pacientemente a que la gente termine de aplaudir...


Castagnoli: Pero claro... solo podré ofrecer lo mejor de mí, de mi perfección habitual, si nuestro amado manager general tiene a bien ponerme retos de verdad. Ya vi como una broma que me dijera que tenía una pelea contra... contra... diantres, siempre se me olvida el nombre de este chico... [se oyen gritos entre el público, pero Claudio finge no oírlos]... chacal... matal... chaval... caval... ¡¡KAVAL!! Eso era, que me cuesta acostumbrarme. Aunque es normal, ¿cómo podría nadie esperar que yo, la elegancia y el buen gusto en persona, mantuviera una imagen tan desagradable y horrenda en mi mente como es la de ese chico? Vosotros me entendéis, ¿cierto? [La grada muestra su conformidad con unos leves aplausos] Aquello fue algo innecesario, pero claro... también entiendo al señor Shane McMahon, necesitaba empezar a dar a conocer a su nueva gran estrella ante vosotros, el público que todo lo merece. Y es obvio que, desde que salgo en pantalla, las cosas van mejor. De hecho, solo hay que tirar de estadísticas para ver que la presencia de público femenino ha aumentado desde que un servidor está entre esas cuerdas, por ejemplo. Pero también los hay que, por supuesto, se han enamorado de mi forma de pelear. Es lógico, soy el mejor y mi técnica es precisa como un reloj suizo. Son ya muchos los años de entrenamiento que llevo tan solo para contentar a toda esa gente que hace que los sueños de alguien humilde como yo, el hijo menor de un pobre banquero suizo [la gente ríe la paradoja], se hagan realidad al fin. Es por eso que mi deber para con todos vosotros no es otro que daros lo mejor de lo mejor, porque os lo debemos todo, ¡muchas gracias, y hasta pronto, América!

La imagen se desvanece del tron con Claudio bebiendo un buen trago de su café. La gente aplaude la intervención del suizo con entusiasmo, como si por fin hubieran encontrado alguien a quien seguir con todos sus ánimos. De repente, el tron vuelve a iluminarse y suena una música que arranca otra ovación de sus manos...

[SLEDGEHAMMER]





Bobby Cruise: From the United Bank of Switzerland, weighting 222 pounds... he is the "Very european" CLAUDIO CASTAGNOLI!!!



Castagnoli: [Espera tranquilamente a que el público termine de aplaudir...] ¡¡HEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEY!! ¡He vuelto, gente¡ ¡Ya dije que pronto nos veríamos de nuevo! Aquí me tenéis, impecablemente vestido como a mí me gusta, además... con mi clásica elegancia y mi genial estilo. Y si he salido es, pura y llanamente, para tratar un tema que quería comentar en directo. Vamos a ver... me consta que, entre todos vosotros, hay gente por ahí a la que le gusta ver a mi rival de la semana pasada. Bien... ese chico del que tanto me cuesta recordar el nombre ha conseguido volver a tener la oportunidad de enfrentarse a mí. Y yo me pregunto, y os traslado la pregunta a vosotros... ¿tantas ganas tiene de sufrir otra inexorable derrota? [Los fans de Kaval abuchean estas palabras, pero son silenciados por un estadio que apoya incondicionalmente al suizo] Claro, eso es justamente lo que yo pienso, pero se ve que él no, y nuestro amado señor Shane McMahon ha tenido a bien el darle una nueva oportunidad de pelear contra mí, contra el europeo por excelencia. Yo no sé muy bien qué es lo que pretende con esto, aparte de hacer que vosotros disfrutéis una vez más de mi inmensa calidad luchística y mi cuerpo elegante, fino y en todos los ámbitos perfecto, pero en fin... es lo que dice el jefe, y hay que acatarlo. Chaval, Laval, Narval o como te llames, no tengo nada contra ti pero eres tú el que te lo has buscado... no voy a mostrarme piadoso, ni clemente. Simplemente lo daré todo para ganarte otra vez y arrancarte de la cabeza la idea de que eres superior a mí, porque creo que eso te ayudará a que busques metas más reales, y no imposibles. Chico, vas a perder y lo sabes. Porque tu rival es un rey de la tierra que tú cosechas. Porque soy el general del ring, y tú el soldado raso. Porque yo soy rico y tú te quitas el hambre a guantazos. ¿Quieres más razones? Podría dártelas, pero gastaría el micrófono y no está la crisis para malgastar sobre obviedades [nuevo abucheo de los pocos fans de Kaval...] ¿Quieres un consejo, chico? No vengas esta noche... me valdrá aplicar una Riccola Bomb para acabar contigo, que no es que peses mucho además, así que cuidado a ver si vas a salir volando. No te molestes, hijo. Este combate ya tiene dueño, que soy yo, así que ve a casa, descansa tranquilamente y de que vuelvas te buscas alguien más a tu altura, no al mejor de los mejores, ¿de acuerdo? Mi tiempo también es oro, y de eso entiendo que soy suizo, ¿ok? ¡Nos vemos, chico! ¡Y a todos vosotros, no olvidéis que esta noche será memorable, porque pienso dar toda mi energía para que veáis un choque lo más digno posible dentro de lo poco que durará! Ahora sí, ¡hasta luego, América! ¡¡HEEEEEEEEEEEEEY!!

En medio de una gran ovación y chocando manos aquí y allá, Claudio se retira a vestuarios a la espera de que empiece su combate...

[FIN DE PROMO]